Cuando los Besos Llegaron al Espacio: Blue Origin y la Primera Tripulación Femenina de 2025.
- rulfop
- Apr 16
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El 14 de abril de 2025 quedará registrado como una fecha histórica no solo para la exploración espacial, sino también para el avance de la equidad de género. La empresa aeroespacial Blue Origin, propiedad de Jeff Bezos, realizó una misión suborbital a bordo de la cápsula New Shepard, con una tripulación compuesta exclusivamente por seis mujeres. Este evento no fue solo un logro técnico, sino también un símbolo de inclusión, arte y ciencia en perfecta armonía.
El origen de Blue Origin: de los sueños a los cohetes

Jeffrey Preston Bezos, más conocido como Jeff Bezos, nació en Albuquerque, Nuevo México, en 1964. Graduado en ciencias informáticas por la Universidad de Princeton, fundó Amazon en 1994, empresa que inicialmente vendía libros y que hoy domina el comercio electrónico global. Pero Bezos no se conformó con revolucionar el retail. En el año 2000, dio un paso audaz al fundar Blue Origin, con el objetivo de facilitar el acceso de la humanidad al espacio y sentar las bases para una civilización multiplanetaria.
Mientras SpaceX, de Elon Musk, apostaba por los viajes orbitales a la Estación Espacial Internacional y Marte, Blue Origin tomó un enfoque más gradual. Su lema Gradatim Ferociter (paso a paso, ferozmente) reflejaba una filosofía de progreso constante y metódico. Así nacieron sus programas más conocidos: New Shepard, para vuelos suborbitales turísticos y científicos; New Glenn, pensado para cargas más pesadas y misiones orbitales; y proyectos ambiciosos como el módulo lunar Blue Moon.
La evolución de una empresa privada hacia un símbolo cultural
Cuando los Besos Llegaron al Espacio. Durante los primeros años, Blue Origin operó con gran secretismo. Sus avances no fueron inmediatos, pero cada prueba contribuía a consolidar la confianza en su tecnología de propulsión vertical y recuperación de cohetes. El primer vuelo exitoso con aterrizaje vertical de New Shepard en 2015 marcó un punto de inflexión. A partir de ahí, la empresa ganó notoriedad y contratos con la NASA.
En 2021, el propio Bezos participó en el primer vuelo tripulado de New Shepard, acompañado por su hermano Mark y otros dos pasajeros. Este hecho encendió la chispa del turismo espacial privado, pero también desató críticas sobre el uso de grandes fortunas para fines considerados elitistas. Lejos de detenerse, Blue Origin respondió redoblando sus esfuerzos en misiones científicas y colaboraciones con universidades.
NS-31: un viaje de seis mujeres y un mensaje poderoso
La misión NS-31, lanzada desde el oeste de Texas, fue una declaración de principios. Por primera vez desde el vuelo de Valentina Tereshkova en 1963, un grupo de mujeres conformó la totalidad de una tripulación espacial. La lista fue tan variada como inspiradora:
Katy Perry, artista global y símbolo de empoderamiento cultural.
Amanda Nguyen, activista y nominada al Nobel de la Paz, impulsora de derechos civiles.
Aisha Bowe, ingeniera aeroespacial y defensora de la representación afrolatina en STEM.
Gayle King, periodista influyente en medios estadounidenses.
Lauren Sánchez, piloto y productora, con amplia trayectoria en aviación.
Kerianne Flynn, cineasta comprometida con la visibilidad femenina en la industria audiovisual.
Más allá del vuelo de 11 minutos que alcanzó la línea de Kármán, esta misión fue significativa por lo que representó: una nueva forma de concebir los viajes espaciales como experiencia colectiva, con impacto cultural y educativo. Durante el trayecto, Katy Perry entonó What a Wonderful World, en una escena transmitida globalmente que conmovió a millones.
La ciencia no se detuvo en tierra firme
A bordo del vuelo, Amanda Nguyen desarrolló experimentos vinculados a la salud femenina en microgravedad, incluyendo observaciones sobre el comportamiento hormonal, la menstruación y el cultivo de semillas de loto. Este último símbolo, de renacimiento y belleza desde el lodo, funcionó como una metáfora del proyecto: florecer en condiciones extremas.
La elección de una tripulación completamente femenina no fue casual. Blue Origin, tras años de críticas por falta de diversidad, quiso enviar un mensaje claro: el futuro del espacio será más inclusivo o no será. En este contexto, el vuelo se convirtió en un puente entre la tecnología, la reivindicación y la inspiración.
¿Y ahora qué? El futuro que mira hacia las estrellas
El éxito de NS-31 abre la puerta a una nueva etapa para Blue Origin. Ya no se trata únicamente de poner personas en el espacio, sino de transformar el concepto mismo de exploración. En el horizonte cercano, la empresa prevé el despliegue de estaciones orbitales privadas, hoteles espaciales y laboratorios de biotecnología en órbita.
Además, Blue Moon, su vehículo lunar, ha sido seleccionado por la NASA para futuras misiones al satélite terrestre, dentro del programa Artemis. La ambición es clara: colaborar en la instalación de una presencia humana permanente en la Luna hacia finales de la década.
Bezos, por su parte, continúa siendo una figura polarizadora. Aunque dejó el cargo de CEO de Amazon en 2021 para concentrarse en Blue Origin, su influencia económica sigue siendo gigantesca. Para él, el espacio no es un lujo, sino una necesidad. Su visión apunta a que la humanidad, eventualmente, trasladará parte de su producción fuera del planeta, preservando la Tierra como un santuario.
Un salto, muchas lecturas
La misión NS-31 no es solo un episodio dentro de la historia de los vuelos espaciales. Es también una narrativa que entrelaza pasado, presente y futuro. Desde el sueño de Bezos como niño que miraba las estrellas, pasando por la construcción paciente de una empresa espacial privada, hasta el momento simbólico en que seis mujeres besan el cielo con sus logros y su arte, este lanzamiento nos invita a imaginar lo que está por venir.
En un mundo marcado por conflictos y desigualdades, el espacio se transforma en el nuevo lienzo donde pintar los ideales de inclusión, ciencia y belleza. Porque al final, como dijo una vez Carl Sagan, "estamos hechos de polvo de estrellas". Que el beso que dejaron estas seis mujeres en la atmósfera sea solo el primero de muchos.
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