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Donald Trump, la Constitución de Estados Unidos y la amenaza de un tercer mandato: un análisis histórico y político.

Donald Trump, la Constitución de Estados Unidos.


En 2025, el escenario político estadounidense está nuevamente conmocionado por declaraciones de Donald Trump, quien ha insinuado su deseo de postularse para un tercer mandato presidencial en 2028. Esta idea desafía directamente uno de los pilares de la democracia estadounidense: la limitación a dos mandatos presidenciales. El propósito de este análisis es comprender el contexto histórico, las implicaciones legales, los apoyos políticos y las posibles consecuencias de semejante iniciativa, en un relato que recorrerá desde la fundación constitucional del país hasta la actualidad.

Quién es Donald Trump
Donald Trump, la Constitución de Estados Unidos
Donald Trump, la Constitución de Estados Unidos

Donald John Trump, nacido en 1946 en Queens, Nueva York, es una de las figuras más polémicas y divisivas de la historia moderna de Estados Unidos. Empresario, magnate inmobiliario y estrella de televisión antes de ingresar a la política, fue elegido 45.º presidente en 2016. Su estilo directo, su retórica populista, su escepticismo hacia el multilateralismo y su agresivo enfoque de "América primero" redefinieron las reglas tradicionales del liderazgo presidencial.

Su ascenso al poder no fue convencional. Aprovechando el desencanto de una parte significativa de la población con las élites políticas, Trump encarnó una alternativa rupturista que apeló a los sentimientos de frustración económica, inseguridad identitaria y miedo al cambio cultural. Bajo su presidencia, se aprobaron recortes fiscales históricos, se modificaron las políticas migratorias y se desmantelaron varias regulaciones ambientales.

Su legado incluye el nombramiento de tres jueces en la Corte Suprema, consolidando una mayoría conservadora, y una política exterior marcada por la retirada de acuerdos multilaterales. La figura de Trump trascendió la política: se convirtió en un fenómeno cultural y un símbolo de polarización.

La Constitución de los Estados Unidos y sus orígenes

Donald Trump, la Constitución de Estados Unidos y la amenaza de un tercer mandato. La Constitución de los Estados Unidos, ratificada en 1788, es el documento fundacional que define la estructura del gobierno y los derechos de los ciudadanos. Inspirada en ideas ilustradas y republicanas, estableció un sistema de separación de poderes y de "checks and balances" (equilibrios y contrapesos) para evitar la concentración del poder.

Durante los primeros mandatos presidenciales, no existía un límite formal a la reelección. Sin embargo, el precedente establecido por George Washington, quien voluntariamente se retiró tras dos mandatos, se convirtió en norma no escrita.

Este modelo de limitación informal se mantuvo hasta la excepción de Franklin D. Roosevelt, quien fue elegido en cuatro ocasiones (1932, 1936, 1940 y 1944) en el contexto de crisis nacionales e internacionales. Su prolongada permanencia en el poder suscitó preocupaciones sobre los riesgos de la concentración ejecutiva, lo que llevó a la aprobación de la 22.ª Enmienda en 1951.

Esta enmienda establece que "ninguna persona será elegida para el cargo de presidente más de dos veces", cimentando una barrera legal que, hasta ahora, ha resistido las tensiones políticas.

El apoyo a Donald Trump

Trump mantiene una base sólida de seguidores, caracterizada por:


  • Conservadores tradicionales desencantados con el "establishment" republicano.

  • Nacionalistas y sectores populistas.

  • Grupos evangélicos que ven en Trump un defensor de sus valores.

  • Parte de la clase trabajadora blanca, afectada por la desindustrialización.


Organizaciones como Turning Point USA, el movimiento MAGA (Make America Great Again) y una parte significativa del Partido Republicano continúan respaldándolo. Además, sectores mediáticos como Fox News, Newsmax y plataformas digitales alternativas refuerzan su influencia.

El apoyo a Trump no es simplemente político; es identitario. Para muchos, él representa una resistencia frente a un mundo cambiante que perciben como una amenaza a sus valores tradicionales.

La situación constitucional ante la amenaza de un tercer mandato

Si Trump intentara postularse para un tercer mandato, las instituciones estadounidenses deberían actuar con firmeza. Entre las acciones que deberían tomarse están:


  • La FEC (Comisión Federal Electoral) debería rechazar su candidatura.

  • La Corte Suprema, en caso de disputa, debería ratificar la inconstitucionalidad de su intento.

  • El Congreso, especialmente la Cámara de Representantes, podría iniciar procedimientos para frenar cualquier vulneración constitucional.

  • Gobiernos estatales, responsables de la organización de las elecciones, podrían excluirlo de las boletas.


La defensa de la Constitución sería, en este contexto, una prueba decisiva para la resiliencia de la democracia estadounidense.

La visión de Trump para cambiar el mundo

Trump ha promovido una visión del mundo basada en:


  • Nacionalismo económico: promover la industria nacional y reducir la dependencia de socios extranjeros.

  • Unilateralismo: retirar a EE. UU. de acuerdos internacionales como el Acuerdo de París sobre cambio climático o el TPP.

  • Aislamiento selectivo: priorizar los intereses nacionales por sobre las alianzas multilaterales tradicionales.

  • Rechazo a la inmigración masiva: proponiendo medidas como el muro fronterizo con México.


Trump también ha propuesto redefinir alianzas tradicionales, cuestionando la pertinencia de la OTAN y mostrando afinidad por líderes autoritarios. Para él, el éxito global de Estados Unidos depende menos de la diplomacia tradicional y más de la imposición de su poder económico y militar.

Consecuencias de un intento de Trump de burlar la Constitución

Las consecuencias de un intento efectivo de perpetuación en el poder podrían ser devastadoras:


  • Crisis constitucional: se pondría en tela de juicio la validez del sistema democrático.

  • Protestas masivas: movimientos civiles podrían paralizar ciudades enteras.

  • Fractura institucional: algunos estados podrían rebelarse legalmente contra el gobierno federal.

  • Impacto internacional: la imagen de Estados Unidos como líder democrático quedaría gravemente dañada.

  • Violencia política: el ambiente polarizado podría derivar en enfrentamientos sociales.

  • Recesión económica: la inestabilidad política afectaría mercados y confianza inversora.


Además, se abriría la puerta a futuras tentaciones autoritarias, debilitando el andamiaje institucional construido durante más de dos siglos.

Probabilidades reales de que Trump logre cambiar la Constitución

Modificar la 22.ª Enmienda es extremadamente difícil. Se requiere:


  • Aprobación por dos tercios de ambas cámaras del Congreso.

  • Ratificación por tres cuartas partes de los estados (38 de 50).


Dada la actual división política y la oposición incluso dentro de sectores republicanos, las probabilidades de éxito son mínimas.

Expertos consideran que existe menos de un 5% de posibilidad real de que Trump logre este cambio. La mayor amenaza no es la reforma constitucional formal, sino el intento de subvertir las normas democráticas mediante presiones, maniobras legales o desinformación.

El "tercer mandato" podría convertirse en una batalla simbólica que erosione aún más la confianza en las instituciones.


La historia estadounidense está llena de momentos de crisis en los que sus instituciones han sido puestas a prueba. Desde la guerra civil hasta los movimientos por los derechos civiles, la resiliencia democrática ha sido una constante.

Hoy, el reto que plantea Donald Trump al insinuar su deseo de perpetuarse en el poder representa un nuevo capítulo de esta lucha.

La Constitución de 1788 no fue diseñada para confiar ciegamente en los hombres, sino para limitarlos. Si las instituciones, los líderes y el pueblo están a la altura de las circunstancias, Estados Unidos podrá superar esta amenaza, reafirmando que ningún individuo está por encima de la ley.

La democracia no se defiende sola; necesita de ciudadanos valientes, de jueces imparciales y de legisladores comprometidos con el legado de libertad que ha guiado al país durante más de dos siglos.

Donald Trump puede haber cambiado la política para siempre, pero cambiar el corazón constitucional de Estados Unidos será, afortunadamente, una tarea que ni siquiera él podrá lograr.

Y si bien la historia está llena de intentos de desafiar la ley, también está repleta de ejemplos de resistencia y valentía. Como dijo Abraham Lincoln en Gettysburg: "Que el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo, no desaparezca de la Tierra".


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