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¿El levantamiento del embargo significaría un cambio real para Cuba?

Updated: Mar 15

El embargo estadounidense sobre Cuba ha sido una de las políticas más duraderas en la historia de las relaciones internacionales. Desde su instauración en 1960, ha sido presentado por el gobierno cubano como la causa principal de las dificultades económicas de la isla. Sin embargo, después de más de seis décadas, los datos muestran que las restricciones impuestas por Estados Unidos no explican por completo la crisis crónica que atraviesa el país. La pobreza en Cuba no es simplemente el resultado de sanciones externas, sino de un modelo económico ineficiente, excesivamente centralizado y con serias limitaciones a la iniciativa privada.


Bloqueo de Cuba
Bloqueo de cuba

El levantamiento del embargo. Si el embargo fuera levantado hoy, el impacto inmediato sería la posibilidad de acceso a mercados financieros internacionales, un aumento de la inversión extranjera y una mayor fluidez en el comercio con empresas estadounidenses. Esto permitiría un incremento en la disponibilidad de productos y servicios en el corto plazo. No obstante, sin cambios estructurales dentro del país, estos beneficios podrían ser temporales y no llegarían a transformar la realidad económica de la población cubana, que en su mayoría vive en condiciones precarias.


Impacto del embargo y la situación actual

A nivel económico, el PIB de Cuba ha mostrado un crecimiento lento e inestable. Según datos del Banco Mundial, en 2020 alcanzó aproximadamente los 107,35 mil millones de dólares, con un PIB per cápita de 9.499,6 dólares. En 2022, la CEPAL estimó que el crecimiento fue del 1,8%, una leve mejora respecto al 1,3% de 2021, pero insuficiente para sacar al país de la crisis. El panorama es aún más complejo cuando se considera la inflación, el déficit fiscal y la caída en la producción de bienes esenciales.

Uno de los mayores problemas de la economía cubana es la escasez crónica de productos básicos. Según el informe de Le Monde, la mayoría de los cubanos pasa gran parte de su tiempo buscando alimentos y agua potable, algo que ha empeorado con la crisis energética y la inflación. La falta de suministros médicos y la reducción en las importaciones agrícolas han incrementado el descontento social.

Por otro lado, aunque el gobierno cubano ofrece servicios universales de salud y educación, la precariedad de estos sistemas ha ido en aumento. Los hospitales carecen de medicamentos, y la infraestructura educativa está en deterioro. Sin ingresos suficientes y sin incentivos para la inversión privada, la economía sigue dependiendo de subsidios externos, que han disminuido con la crisis venezolana y la reducción del apoyo chino y ruso.


¿Por qué más del 90% de los cubanos vive en la pobreza?

No existen cifras oficiales sobre pobreza en Cuba, ya que el gobierno no publica datos sobre ingresos per cápita o niveles de vida en términos comparables con los estándares internacionales. Sin embargo, algunas estimaciones indican que entre el 70% y el 90% de la población vive con menos de $1,90 al día, lo que la coloca en niveles de pobreza extrema.

Si bien el embargo restringe la capacidad de Cuba para acceder a ciertos mercados, países como Venezuela, Irán o Corea del Norte han demostrado que es posible mantener cierto nivel de estabilidad económica a pesar de sanciones internacionales. La diferencia es que estos países han implementado estrategias alternativas, mientras que Cuba ha mantenido un sistema altamente ineficiente y dependiente del control estatal.

La ineficacia de la planificación centralizada ha provocado un estancamiento en la producción y distribución de bienes esenciales. La doble moneda, vigente hasta 2021, distorsionó el mercado y generó desigualdades entre quienes recibían remesas del extranjero y quienes dependían exclusivamente de los salarios estatales. Tras la unificación monetaria, la inflación se disparó, reduciendo aún más el poder adquisitivo de la población.


El embargo como excusa política

Uno de los principales argumentos del gobierno cubano es que el embargo es la razón de la crisis nacional. Sin embargo, aunque las sanciones imponen dificultades, no explican por qué la isla no ha desarrollado una economía autosuficiente. La falta de reformas internas ha impedido el crecimiento del sector privado y ha desincentivado la inversión extranjera.

Durante el deshielo con Estados Unidos bajo la administración Obama, muchas restricciones fueron levantadas temporalmente. En ese período, el turismo aumentó y hubo una ligera expansión del sector privado, especialmente en la gastronomía y el hospedaje. Sin embargo, en lugar de aprovechar esta apertura para modernizar la economía, el gobierno cubano mantuvo su control sobre los principales sectores productivos y limitó la expansión de los negocios privados.

Esto demuestra que, incluso sin el embargo, la política económica de Cuba seguiría enfrentando los mismos obstáculos si no se producen reformas estructurales. La represión política y la falta de libertades económicas desmotivan la innovación y el emprendimiento, factores clave para el desarrollo sostenible.


¿Qué pasaría si el embargo fuera levantado?

Si Estados Unidos eliminara las sanciones mañana, la economía cubana recibiría un alivio en áreas como el comercio y el financiamiento externo. Sin embargo, esto no resolvería los problemas internos del país. Para que el cambio sea significativo, el gobierno cubano tendría que implementar reformas clave:


1. Apertura del mercado interno: Permitir que los cubanos puedan comerciar libremente sin depender del monopolio estatal.

2. Garantía de propiedad privada: Sin seguridad jurídica, las inversiones extranjeras seguirán siendo mínimas.

3. Desmonopolización del Estado: Reducir el control estatal sobre sectores estratégicos y permitir una mayor competencia.

4. Descentralización económica: Otorgar autonomía a las empresas y promover el emprendimiento.

5. Reformas políticas y sociales: Sin libertades individuales, el progreso económico será limitado.


Sin estas medidas, el fin del embargo solo significaría más ingresos para el gobierno, pero no necesariamente una mejora en la calidad de vida de la población.

El embargo estadounidense ha sido un factor en la crisis económica de Cuba, pero no el único ni el más determinante. La pobreza y el estancamiento económico de la isla son el resultado de una gestión ineficiente, una falta de reformas estructurales y una economía dependiente de subsidios externos.

Levantar las sanciones podría facilitar el comercio y la inversión, pero sin cambios internos profundos, los problemas fundamentales seguirán existiendo. El verdadero obstáculo para el desarrollo de Cuba no es solo el embargo, sino la falta de voluntad política para transformar el sistema y permitir que los ciudadanos puedan generar riqueza por sí mismos.

Si el gobierno cubano no está dispuesto a cambiar, ni siquiera la eliminación total del embargo traerá una mejora significativa para el pueblo. La clave no está únicamente en las políticas de Estados Unidos, sino en la capacidad de Cuba para adaptarse, modernizarse y abrir su economía de manera real y efectiva.

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