Moda fuera de la Tierra: cuando el estilo trasciende la gravedad.
- rulfop
- Apr 18
- 4 min read
En abril de 2025, un evento inédito elevó literalmente la moda a nuevas alturas. Un vuelo de Blue Origin, la compañía aeroespacial fundada por Jeff Bezos, se convirtió en la primera pasarela en el espacio, marcando un hito en la historia de la moda. Las estrellas del viaje, entre ellas Katy Perry y Lauren Sánchez, lucieron trajes diseñados especialmente para la ocasión por la firma Monse, reinterpretando el vestuario espacial con un enfoque chic, innovador y simbólico. No se trató solo de un desfile: fue una declaración. La moda ya no conoce límites geográficos, ni siquiera planetarios.

Este acontecimiento, que podría parecer fruto de la ciencia ficción, tiene raíces profundas en la evolución del diseño humano y su necesidad de expresar identidad incluso en entornos hostiles o futuristas. Y si bien la pasarela orbital de Monse con Blue Origin es la primera de su tipo, no es la primera vez que el diseño y el cosmos se entrelazan.
Los orígenes del estilo en el espacio
Desde que el ser humano soñó con viajar a las estrellas, también soñó con qué ponerse para hacerlo. En 1961, Yuri Gagarin, primer cosmonauta en orbitar la Tierra, vestía un traje naranja brillante con letras de la URSS bordadas en el casco. Más allá de su funcionalidad, ese uniforme comunicaba poder, pertenencia y una estética icónica que hoy sigue inspirando.
En Estados Unidos, la NASA adoptó un enfoque más sobrio, pero igual de estilizado. Los trajes espaciales de las misiones Apolo, especialmente durante el alunizaje de 1969, se convirtieron en emblemas culturales. Su diseño no solo era técnico, sino simbólico: blancos, imponentes, con detalles en dorado y azul, evocaban pureza, ciencia y exploración.
El traje espacial siempre ha sido una obra de ingeniería y moda. Diseñado para proteger del vacío y las temperaturas extremas, ha debido evolucionar junto con los materiales y las tecnologías, pero también con la estética. Así, incluso los uniformes diseñados por Axiom Space y Prada para futuras misiones lunares han sido pensados con un ojo puesto en la imagen pública, el branding y la elegancia.
Moda en la ciencia ficción: anticipaciones que inspiran
El cine, desde hace décadas, ha servido como campo de pruebas visual para la moda espacial. Desde los trajes plateados de Barbarella (1968) hasta las túnicas futuristas de Star Wars o los estilos minimalistas de 2001: Odisea del espacio, la estética fuera de la Tierra ha sido continuamente reimaginada.
Diseñadores como Pierre Cardin se inspiraron en el espacio durante los años 60 y 70, lanzando colecciones de líneas geométricas, cascos y materiales reflectantes. La “era espacial” en la moda fue una revolución en sí misma, al igual que el uso de neopreno, vinilos y PVC en colecciones que buscaban anticipar una vida más allá de la atmósfera terrestre.
Incluso en la cultura popular reciente, series como The Expanse, Black Mirror o For All Mankind han proyectado realidades alternativas donde la moda juega un papel central en la percepción del futuro humano.
Blue Origin y Monse: un hito para la historia
El desfile de Blue Origin y Monse no fue simplemente una excentricidad de multimillonarios. Representa un nuevo paradigma: el de la moda experiencial en el cosmos. Monse, conocida por sus cortes asimétricos, su rebeldía urbana y su reinterpretación del uniforme, aceptó el reto de vestir cuerpos flotando en microgravedad.
Los diseños no solo se ajustaban a las exigencias técnicas del vuelo suborbital, sino que también transmitían ligereza, libertad y visión. Hubo juegos de transparencias inspirados en las nubes altas, tejidos brillantes que reflejaban la curvatura azul de la Tierra vista desde el espacio, y una paleta cromática que combinaba blanco galáctico, negro infinito y toques iridiscentes.
El evento fue transmitido en tiempo real y visto por millones, no solo como espectáculo, sino como señal de que la moda ya no es una industria confinada al planeta.
¿Moda en Marte, desfiles en estaciones espaciales, trajes inteligentes?
Este primer desfile orbital plantea interrogantes fascinantes: ¿cómo será el vestuario humano en Marte? ¿Qué tipo de materiales usaremos para vestirnos en entornos sin oxígeno? ¿Podría la moda adaptarse a la radiación cósmica sin sacrificar la estética?
Algunos diseñadores ya están trabajando en trajes presurizados flexibles y adaptativos. Marcas tecnológicas colaboran con casas de moda para desarrollar ropa que regule la temperatura, mida signos vitales o se adapte a distintas presiones atmosféricas.
Las estaciones espaciales del futuro podrían albergar tiendas o talleres de confección, utilizando impresoras 3D y materiales locales como el regolito lunar procesado. Imaginemos una colección cápsula producida con polvo lunar y fibras recicladas en órbita: sostenible, local, circular y sin peso.
Además, la ausencia de gravedad invita a repensar por completo la caída de las telas, el concepto de silueta y hasta el propio acto de vestir. En microgravedad, una falda ya no cae, un abrigo no tiene peso, y las prendas flotan como esculturas vivas. La moda puede convertirse en coreografía.
Estética y supervivencia: un binomio inseparable
Más allá de lo visual, la moda espacial tiene una función crucial: garantizar la supervivencia. Pero esa función no impide el diseño. Al contrario, lo estimula. La necesidad de prendas ligeras, protectoras, eficientes y bellas empuja a los diseñadores a explorar nuevos lenguajes formales.
Y no es una cuestión fútil. La ropa comunica identidad, estatus, cultura, valores. Aun en el vacío del cosmos, seguimos siendo humanos. Y como tales, necesitamos expresarnos, sentirnos únicos, y reflejar nuestras aspiraciones a través de lo que llevamos puesto.
Más allá del cielo, la moda sigue siendo nuestra piel
La moda fuera de la Tierra es ya una realidad. De los trajes de Gagarin a los desfiles en cápsulas espaciales, hemos recorrido un largo camino que apenas comienza. El evento de Blue Origin con Monse marca un antes y un después. Pero también nos recuerda algo esencial: no importa cuán lejos viajemos, llevamos con nosotros nuestro deseo de belleza, creatividad y expresión.
Vestir el cuerpo en el espacio es también vestir nuestras ideas. Y en este nuevo capítulo de la humanidad, la moda será una de las narradoras más audaces de nuestra aventura cósmica.
Comments