Txell Miras y el arte de desacelerar la moda: una declaración contra la prisa vacía.
- rulfop
- Apr 3
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En un mundo que corre a velocidades vertiginosas, donde la moda parece haberse convertido en una carrera sin pausa, Txell Miras levanta la voz —silenciosamente, con tejidos, cortes y contrastes— para recordarnos algo esencial: la belleza también habita en la calma. Su colección “Destensar Bastidores”, presentada en la 080 Barcelona Fashion, no es solo un ejercicio estilístico, sino un manifiesto íntimo que desafía la velocidad como virtud dominante del siglo XXI.
El poder de la metáfora: de lo tenso a lo libre
“Destensar Bastidores” es, ante todo, una metáfora visual y emocional. La diseñadora nos invita a transitar del peso de lo rígido hacia la fluidez de lo descomplicado. Comienza su colección con tejidos cálidos, guiños a la sastrería clásica y a los estampados de otra época —como el pata de gallo— y culmina con piezas en neopreno, bicolores, con cremalleras que se abren y estructuras que parecen liberarse del cuerpo. Todo habla de transformación, de soltar, de repensar.
La tensión no solo es literal, también simbólica. Representa ese constante empuje al que está sometida la industria: producir más, vender más, captar más atención. Txell, con elegancia artesanal, se atreve a decir “basta”.
Una voz que se desmarca del ruido digital
Txell Miras y el arte de desacelerar la moda. En un momento donde las redes sociales parecen dictar el pulso del diseño, la catalana expresa su incomodidad con ese vértigo digital. “Estoy un poco agobiada con las redes, con la pregunta de hacia dónde vamos”, confiesa. No es una crítica desde la nostalgia, sino desde la conciencia. Su rechazo a la dictadura de los “likes” no es una postura altiva, sino una defensa de lo auténtico: “Más seguidores no tienen por qué darte calidad”.
Txell Miras no quiere formar parte de ese ciclo devorador donde lo visual es fugaz y lo esencial se evapora. Prefiere seguir caminando por la senda de la honestidad, del trabajo que respeta el tiempo, el oficio y el sentido.
La resistencia de una diseñadora de autor
Definirse desde el principio como diseñadora de autor fue su elección. Y aunque admite haber visto muchas promesas transformarse en humo, se mantiene firme. “Soy una privilegiada”, dice sin arrogancia. Vive de lo que crea, tiene un público que valora su propuesta, y ha logrado encontrar un equilibrio entre lo creativo y lo económico. No sin dificultades, claro: “Siempre sufres, siempre estás en la cuerda floja”, admite. Pero el amor a su labor la sostiene.
El suyo es un acto de resistencia en un entorno donde muchos diseñadores pequeños sucumben ante la presión de la inmediatez o el espejismo de la fama efímera. Ella ha elegido el camino largo, el que se transita con paso firme y mirada limpia.
Blanco y negro, la esencia inmutable
Aunque alguna vez ha considerado el uso del color, su lenguaje visual se mantiene fiel al blanco y negro. No es una decisión estética meramente, sino conceptual. La sobriedad, la durabilidad, la no necesidad de impactar por saturación cromática. En sus palabras, “el blanco y negro no cansa”. Y tiene razón. En tiempos donde todo busca ser llamativo, el silencio visual de sus diseños grita verdad.
Moda masculina y adolescencia: territorios complejos
Al preguntársele si volverá a diseñar para hombre, responde con honestidad: “Me cuesta, al hombre le cuesta mucho”. Un mercado que exige vigilancia constante y que, según ella, resulta aburrido. No lo descarta, pero por ahora lo mantiene fuera de su foco.
Sobre la adolescencia como etapa para vestir, lanza otra reflexión interesante: es un momento volátil, donde la personalidad aún se forma y el vestir busca pertenencia más que expresión individual. Pocos diseñadores se atreven con ese terreno. Ella, desde su madurez creativa, lo observa con respeto.
La pandemia y las mascarillas: una locura inesperada
Durante la pandemia, como muchos, Txell se vio obligada a reinventarse. Aprovechó el tiempo para dibujar, crear sin prisa… hasta que, casi sin querer, sus mascarillas hechas a mano se convirtieron en un fenómeno. “Fue un boom”, dice con humor. Ella las regalaba, y de pronto la demanda fue incontrolable. Una historia más que ilustra cómo, incluso en el caos, su autenticidad genera conexión.
Una tienda que fue un respiro
También recuerda con afecto la tienda que tuvo junto a Miriam Ponsa y Josep Abril. Un espacio donde su marca respiraba. Pero reconoce que ese modelo es agotador. “Es otro negocio”, sentencia, dejando entrever que no todo lo que parece expansión es bienestar.
La pasarela 080: entre lo emergente y lo consolidado
Aunque la 080 Barcelona Fashion nació como una plataforma para jóvenes talentos, Miras expresa su inquietud ante el rumbo que está tomando. Cree en la mezcla de generaciones, en la riqueza que nace del diálogo entre experiencia y novedad. Y menciona con nostalgia nombres como Toni Miró, Josep Font, Armand Basi… diseñadores que ya no están presentes y cuya ausencia refleja la dificultad de mantenerse en el tiempo.
Para ella, la moda no debe ser solo un terreno para emergentes. Necesita también raíces, memorias, legados que acompañen a los nuevos brotes.
El sentido de seguir creando
“Poder dedicarte a lo que te gusta es un privilegio, aunque sufras”, concluye. Y lo dice alguien que ha sobrevivido a las modas, a las crisis, a la pandemia. Que sigue sintiendo nervios antes de cada desfile, que aún se ilusiona como al principio. Eso, en una industria tan voraz, es una victoria silenciosa pero profunda.
Txell Miras no desfila con estridencia. Su colección no busca el aplauso fácil ni el titular espectacular. Su mensaje está en los pliegues, en la elección del tejido, en el ritmo pausado de sus formas. “Destensar Bastidores” no solo es un nombre poético: es una necesidad urgente. En la moda, en la vida, en todo.
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