Fin del "parole humanitario": Estados Unidos cierra las puertas a más de 500.000 migrantes legales.
- rulfop
- Apr 21
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Parole humanitario. Una medida histórica que marca un giro en la política migratoria hacia Cuba, Venezuela, Haití y Nicaragua.
El 24 de abril de 2025 será recordado como una fecha crucial para cientos de miles de personas que, hasta ahora, vivían en Estados Unidos bajo la figura legal del "parole humanitario". Esta decisión del gobierno estadounidense, anunciada oficialmente el 17 de abril por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), implica la suspensión definitiva de uno de los programas más ambiciosos y polémicos de admisión humanitaria en la historia reciente del país.
¿Qué es el "parole humanitario"?

El "parole humanitario" es una figura legal establecida en la Ley de Inmigración y Nacionalidad de 1952, que permite al secretario de Seguridad Nacional admitir temporalmente a personas que no cumplen con los requisitos tradicionales de entrada a EE.UU., por razones de emergencia humanitaria o de beneficio público significativo. No se trata de una vía automática hacia la residencia permanente, pero sí ofrece permisos de estancia y trabajo, además de protección contra la deportación.
Aunque la figura ha existido por más de siete décadas, su uso masivo se consolidó en 2023, bajo la administración de Joe Biden, como respuesta a la creciente presión migratoria en la frontera sur. El 5 de enero de 2023, la Casa Blanca anunció la implementación del programa de "parole humanitario" específicamente para ciudadanos de cuatro países: Cuba, Venezuela, Haití y Nicaragua. La idea era simple: permitir la entrada legal y ordenada de hasta 30.000 personas al mes provenientes de estas naciones, a cambio de una reducción drástica de cruces irregulares por la frontera mexicana.
Cómo funcionaba el programa
Para acceder al "parole", los aspirantes debían cumplir con ciertos requisitos clave:
Tener un patrocinador en Estados Unidos que se comprometiera financieramente a respaldarlos.
Pasar una verificación de antecedentes.
Presentar la solicitud desde fuera del país, especialmente desde su lugar de origen.
Entrar por vía aérea y no haber cruzado la frontera de forma irregular.
El programa ofrecía una estadía de hasta dos años, con posibilidad de renovación, y un permiso de trabajo casi inmediato. Esta iniciativa se convirtió en la esperanza para miles de familias separadas, perseguidos políticos, profesionales desesperados por una oportunidad económica, y personas que huían de regímenes autoritarios o crisis humanitarias agudas.
Cifras que hablan por sí solas
Desde su implementación en enero de 2023 hasta marzo de 2025, el programa permitió la entrada legal a más de 550.000 personas:
Cuba: 110.000 beneficiarios
Venezuela: 180.000
Haití: 150.000
Nicaragua: 110.000
Además, se procesaron más de 1,5 millones de solicitudes, generando una sobrecarga administrativa significativa. El Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS) debió reasignar personal de otras áreas para atender exclusivamente las peticiones del parole.
¿Por qué se pone fin al programa?
La decisión del gobierno de clausurar el parole tiene múltiples dimensiones. Oficialmente, el DHS alegó “razones de seguridad nacional, sostenibilidad del sistema migratorio y evaluación de resultados mixtos del programa”. Sin embargo, hay otras razones más profundas:
Cambio de administración: Aunque la medida se anunció bajo el presidente Biden, se produce en un contexto político cada vez más inclinado hacia políticas migratorias restrictivas, con la influencia creciente del expresidente Donald Trump, favorito en las encuestas para las elecciones de noviembre de 2025.
Presión legislativa: Desde finales de 2024, el Congreso con mayoría republicana cuestionó duramente la legalidad del parole, acusándolo de “amnistía disfrazada” y “puerta trasera para el ingreso masivo de inmigrantes”.
Crisis interna: El colapso de servicios sociales en algunas ciudades estadounidenses, como Nueva York y Chicago, ha sido atribuido (injustamente, en muchos casos) a la llegada masiva de migrantes. Esto generó presión política local para limitar programas como el parole.
Falta de renovación automática: Aunque muchos migrantes esperaban una renovación automática de su estatus, el programa nunca garantizó esa opción, lo que ha dejado a miles en un limbo legal.
Consecuencias inmediatas
A partir del 24 de abril de 2025, nadie podrá ingresar bajo el "parole humanitario" si no ha sido aprobado previamente.
Los actuales beneficiarios deberán salir del país o regularizar su situación por otras vías, como el asilo político o el ajuste bajo la Ley de Ajuste Cubano (en el caso de los cubanos).
Quienes permanezcan con el permiso vencido enfrentarán procesos de deportación acelerados.
Se estima que más de 500.000 personas están ahora en riesgo de deportación, muchas de las cuales tienen empleos, hijos en escuelas estadounidenses y arraigo social importante.
El caso particular de los cubanos
Los ciudadanos cubanos han sido históricamente tratados de forma distinta por la política migratoria estadounidense. Desde la firma del acuerdo migratorio entre EE.UU. y Cuba en 1994, se mantuvo el principio de aceptar al menos 20.000 inmigrantes cubanos al año. Esto fue ampliado con la “Ley de Ajuste Cubano” de 1966, que permite a los cubanos obtener residencia permanente después de un año y un día de presencia legal en el país.
Con el parole, esta vía se consolidó como una forma de entrada segura y directa. Pero ahora, su eliminación pone en riesgo incluso la posibilidad de acogerse a esa ley, dado que el parole era el estatus que facilitaba ese ajuste.
Además, se teme que muchos cubanos opten nuevamente por rutas irregulares, como las travesías por Nicaragua y México, o incluso el peligroso cruce por el Estrecho de Florida en balsas.
La respuesta internacional
Organizaciones de derechos humanos, como Human Rights Watch y Amnistía Internacional, han criticado la medida por considerar que expone a miles de personas a situaciones de persecución, violencia o pobreza extrema en sus países de origen. Además, varios gobiernos de América Latina han expresado preocupación por el posible efecto “boomerang” de retornos masivos.
Alternativas en debate
Aunque el programa ha sido cerrado, existen debates sobre la posibilidad de crear mecanismos alternativos más sostenibles:
Visados humanitarios con cupos anuales.
Reforma migratoria integral (aunque políticamente inviable por ahora).
Programas bilaterales con países como Colombia o México para acoger parte del flujo migratorio.
Un futuro incierto
Para los beneficiarios del parole humanitario, el futuro es ahora una combinación de miedo, incertidumbre y ansiedad. Muchos han comenzado a buscar asesoría legal desesperadamente, mientras otros contemplan abandonar el país antes de quedar en situación irregular. Las comunidades locales, especialmente en ciudades como Miami, Houston y Los Ángeles, han iniciado campañas de apoyo y resistencia para evitar deportaciones masivas.
La historia del parole, que comenzó como una respuesta innovadora a una crisis migratoria sin precedentes, termina ahora como un símbolo de los límites de la política humanitaria en tiempos de polarización política y crisis institucional. Su desaparición reabre heridas, reaviva el miedo y reconfigura el mapa de la migración en el continente.
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